(Texto sobre la pérdida. Mañana abierta 17/10/17) Las campanas doblaban a lo lejos. Cada tañido hacía que el reloj se detuviera, y en mi mente las mismas imágenes una y otra vez. Una y otra vez. Sin cesar. Me veo a mi misma esperando al pie de la carretera. Apenas quedan unos cuantos metros cuando de repente... Dos faros surgen de la nada. Después solo hay caos. Se escucha un terrible estruendo, y dos sombras surgen en la noche. Ahora ya no queda nada de todo aquello. Nada de lo que pudo haber sido. Finalmente todo se ha reducido a una fría lápida que un día caerá en el olvido. -LAURA CANO-